lunes, 22 de junio de 2015

Ojala, jodamos.

Ya lo dijo Escandar, la única derrota es rendirse, todo lo demás es el camino.
Y caminar a tu lado, es la mejor manera de hacer camino, como si fuera la primera vez que vamos a estamparnos, la primera de las siete vidas que nos quedan por vivir.

El primer tren, en el que descarrilarías una y otra vez con tal de volverte a montar.
Ya he pasado por varios trenes, y es cierto que duele salirse de las vías, e incluso he sido alguna vez el maquinista cabrón.
Pero es pensar en la paliza del controlador lo que te hace ver la realidad de estar viajando sin billete.
Cada asalto fallido al precipicio de tus clavículas, cada mirada al paisaje más bonito de la tierra.

Vamos a echarle más ramas a la hoguera, vamos a devorar hasta el último resquicio de cobardía oculta en nuestras ganas, vamos a dejar a un lado los no quiero y los no puedo, ya vale de rendirse.
Vamos a hacer locuras, a valorar los te quiero, a jugar a yo siempre, a devorarnos a besos.

Que no nos importe la distancia, amanecer en la playa tras cientos de kilómetros de madrugada, y otras formas de seguir haciendo esta vida mucho mejor, de seguir haciendo camino.

Aunque si me lo permitís, quitaré un ápice de razón a Escandar en eso de que todo lo demás es camino.
Machado tenía razón, con eso de que…  caminante no hay camino, se hace camino al andar.


Al andar, al reír, al mirarte a los ojos, y ver que no hay camino sin guía, ni rumbo sin horizonte, y que prefiero perder el norte, antes que perderte a ti.


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